Poda suave
Buril, punta seca y manière noire
La calcografía fue inventada por un grabador florentino, Maso Finiguerra. La técnica ganó en popularidad con la llegada de la imprenta y el uso del papel. Se utilizó sobre todo para crear billetes de banco y sellos de correos.
La calcografía se refiere originalmente al grabado con buril, pero por extensión se refiere a los diversos procesos de grabado calcográfico sobre metal. Se opone a la técnica del grabado en relieve.
EL BURIN
El buril es la técnica más comúnmente asociada a la calcografía. Tras preparar la plancha, el grabador comienza a realizar los cortes con el buril: primero se trazan las líneas principales, seguidas de las pequeñas líneas destinadas a dar los medios tonos. La luz es especialmente importante y es necesario trabajar en un espacio tenue, para que los cortes parezcan más oscuros de lo que realmente son. Una vez creados los motivos, se calienta la plancha y se aplica la tinta con un tampón. Para obtener contrastes nítidos, la plancha debe limpiarse suavemente varias veces con tarlatana (algodón de trama fina). Cuando la plancha está perfectamente limpia, se coloca en la prensa y comienza la impresión. A continuación, el papel impreso debe secarse durante unas doce horas, protegido cuidadosamente con papel de seda.
LA POINTE SECHE
La punta seca se asemeja al principio del buril, pero consigue resultados radicalmente distintos. Durero fue uno de los primeros artistas en utilizarla de forma significativa, seguido de Rembrandt.
La punta seca se utiliza para grabar líneas en una placa de metal. La punta puede estar hecha de diversos materiales, como acero o cerámica. Los cortes en el metal son el resultado de los arañazos y rozaduras de la punta, que dan a la línea un aspecto mucho más nervioso. La acción de la punta sobre el metal produce marcas en relieve alrededor de los cortes, conocidas como "púas". Éstas pueden eliminarse para obtener una línea más nítida y rígida, o conservarse para conseguir un aspecto más aterciopelado. El número de impresiones debe limitarse debido a la presencia de las púas, que son muy frágiles. Aparte de este detalle, el proceso de impresión es el mismo que para el buril.
EL CAMINO NEGRO
Particularmente popular en siglo XVIII siglo XVIII en Inglaterra, la manera negra producía una impresión en escala de grises con una gran variedad de matices. Sin embargo, la complejidad del proceso lo convirtió rápidamente en obsoleto en la historia del grabado. Primero se graba la plancha con pequeños agujeros, utilizando una cuna (un medio cilindro erizado de puntas, fijado a un mango).
El grano debe ser uniforme y profundo para retener bien la tinta. Para obtener una superficie de trabajo adecuada en una plancha de 20 x 30 cm, se necesitan unas diez horas de trabajo. El diseño se transfiere a lápiz sobre la plancha preparada. Se utilizan un raspador y un bruñidor para trabajar el grano, rastrillando o alisando la superficie de la plancha. Este trabajo de relieve determina los colores de la prueba final. La plancha se entinta tras calentarla ligeramente para diluir la tinta. Una vez seca, se coloca en la prensa, se cubre con el papel húmedo sobre el que se imprimirá y con paños para evitar que la impresión se estropee.
Tras una prueba de ensayo, la plancha puede devolverse para realizar algunas correcciones. Una vez satisfecho, el grabador procede a imprimir la tirada de referencia, conocida como "bon à tirer".