Domínguez, Óscar

Nacido en las Islas Canarias, Óscar Domínguez se convirtió en uno de los últimos pintores malditos de Montparnasse. Llegado a París en 1927 para ocuparse del negocio familiar, se enamoró de la ciudad y de la pintura, disipando la fortuna familiar. Cuando su padre murió en 1931, tuvo que trabajar para mantenerse, empezando como ilustrador publicitario. Su talento para el surrealismo surgió en 1932, y se unió al grupo liderado por André Breton en 1934. En 1935, les invitó a exponer en su isla natal.